La rueda de prensa de Contador

En la rueda de prensa que Alberto Contador ofreció el pasado viernes hubo una notable carga emocional. El ciclista de Pinto comenzó a hablar con la voz más quebrada de lo habitual, pero aguantó la emoción con firmeza y se defendió con vehemencia. Su director mostró un apoyo sin fisuras (si bien un rumor apuntaba el otro día a un posible fichaje relámpago de Menchov por el Saxo Bank para evitar que el corredor ruso se quede sin Tour y el equipo danés sin jefe de filas).

Tendremos que esperar a que haya una resolución definitiva, pero el asunto no pinta bien para Contador. Parece probable que le sancionen con dos años, lo que perdería el Tour de Francia de 2010 y no podría disputar ninguna carrera antes del 23 de agosto de 2012. Aunque la sanción se quede en un año, tampoco podrá competir en ninguna carrera de tres semanas en 2011, ya que la Vuelta Ciclista a España arranca este año el día 20 de agosto.

Tiene razón Contador en algunas de las cosas que dijo en la rueda de prensa. Este proceso ha sido, como tantos otros en relación con las sanciones, kafkiano. De hecho, parece que la propuesta de la federación busca quedar bien con todo el mundo.

La pregunta es ¿por qué cada uno solo se preocupa cuando le toca? No parece que los ciclistas profesionales de ruta sean un colectivo muy solidario. Hace tres años y medio Alberto Contador ocupaba el segundo puesto de la general del Tour de Francia. Había hecho varios intentos de dejar atrás al líder, el danés Michael Rasmussen, pero la pelea entre dos escaladores puros estaba muy igualada. No parecía demasiado probable que Alberto le puediera desbancar. Y sin embargo, pasó algo extraño. A través de las palabras de un comentarista italiano, el equipo de Rasmussen, el Rabobank, averigüó que el corredor había mentido sobre su paradero durante la preparación de la carrera. Fue expulsado de inmediato y Contador se llevó su primer Tour. ¿Por qué ningún ciclista consideró aquello como injusto? ¿O por qué nadie se rebeló cuando sancionaron Petacchi por un medicamento contra el asma o a Valverde, que nunca ha dado positivo? ¿O cuándo Xavi Florencio no pudo subirse a la bicicleta en el pasado Tour por haber utilizado un antihemorroidal?

Ahora Contador protesta contra el sistema, pero no es ni más ni menos que el mismo sistema, con sus decisiones justas y descabelladas casi a partes iguales en que siempre ha competido, que en ocasiones le ha beneficiado y que esta vez le perjudica. No es un sistema peor que hace ocho meses: es el mismo.

Es una costumbre muy española la de echar la culpa a los demás y ver siempre enemigos foráneos en lugar de mirarse al espejo. Pero los datos son escalofriantes: desde el año 2000 ha habido trece corredores españoles en el podio de la Vuelta Ciclista a España: son Roberto Heras, Ángel Casero, Óscar Sevilla, Aitor González, Joseba Beloki, Alejandro Valverde, Isidro Nozal, Santi Pérez, Paco Mancebo, Carlos Sastre, Samuel Sánchez, Ezequiel Mosquera y el propio Contador. De todos ellos, solo Sastre y Samuel Sánchez no han dado nunca positivo, no han sido sancionados ni relacionados con tramas de dopaje. Heras, Sevilla, Aitor González, Nozal, Santi Pérez, Contador y Mosquera han dado positivo en algún control antidopaje; Beloki, Casero, Mancebo y Valverde fueron relacionados con la Operación Puerto. Sé que cada caso es diferente y que pueden haberse cometido algunas injusticias. Pero con esos resultados decir que en España no ha habido problemas de dopaje no es más que pura ceguera chovinista

En cualquier caso, a Contador le toca explicar cómo llegó a su organismo algo que no debería estar allí, el clemebuterol. Hace bien en defenderse y en llevar el asunto hasta el final. Pero la defensa basada en la intoxicación alimentaria no tiene muchos visos de salirle bien. Y ya me gustaría equivocarme.